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No les ha pasado que: ¿Alguna vez se han sorprendido de ustedes mismos?

Hace más o menos unas 2 semanas, se me presentó la oportunidad de decidir sobre algo en relación a mi futuro como persona, como profesional. Y al parecer eso de decidir sobre el futuro de uno esta “de moda”, por los muchos jóvenes que deciden que su futuro está afuera del sitio que los vio nacer, y con muchos temores y ganas “de salir adelante”, abandonan a su familia y su estilo de vida para buscar lo que anhelan en otro sitio.

Algo así me sucedió, solo que en menor escala. Hace unos meses decidí intentar por una vía, y esa vía me disponía decidir que, si se daba, debía dejar mucho de mi rutina, de mis costumbres y renunciar a no ver tanto a mi familia y amigos como lo solía hacer en un calendario aparentemente inamovible. Bien, llegó ese día en donde recibí una llamada. Querían tenerme con ellos y para ello debía abandonar lo anterior mencionado, al menos, desbancarme de ello.

Sin más ni menos lo hice, me fui de mis costumbres. Es como ese momento en donde “creces” y te das cuenta que al llegar a una casa que no es la tuya, más que por un cuarto pequeño que pagas cada mes, en ese momento te das cuenta que no tienes a nadie que te reciba, ni siquiera reclamándote que dejaste los zapatos tirados o que no lavaste tus platos, o que tampoco llegues y encuentres un almuerzo hecho o una cena por hacer: ese momento en donde incluso comer es algo que depende enteramente de ti y de cómo lo hagas.

Me fui a ver cómo era eso. Mi nueva rutina abarca un trabajo duro y de mucha responsabilidad. Paso más tiempo en carretera, en casa y calles ajenas. La gente se me acerca y me cuenta terribles historias que quizás muchos de ustedes ni se imaginan que existen fuera de una pantalla de televisión. Mis nuevos compañeros, acompañados de una querida amiga, me reciben en su grupo. Nuevas cosas surgen y debo aprender de ellas, con retos sobre cosas que concibo sobre los sujetos que debo modificar de alguna manera porque las circunstancias de los sujetos que ahora escucho y recibo plantean otra cosa.

Al llegar a mi cuarto, a este espacio pequeño, es en ese momento en que no hay entretenimiento o ponerme a ver un programa de tv porque debo preparar la comida del otro día. Quién lo diría.

Queme mi primer arroz (solo un poco, en realidad), es decir, la cocina me plantea otro reto, otra cosa que hay que aprender a hacer, pese a los malos sabores. No me agrada la convivencia con la persona que me alquila, es algo entrometida, pero supongo que hay que sobrellevar la situación. Al estar en mi cuarto, me acuerdo de que a esa hora hablaba con mi gente de siempre, y que por la distancia y la porquería de conexión a internet que hay en el sitio, la tarea se vuelve un reto. Hasta este espacio se ha visto acumulado de distancia.

Mucha gente me ha escrito para darme ánimos, incluso gente que jamás pensé ver palabras de su parte. Esa contingencia fue algo que me conmovió mucho, y en ese momento me di cuenta de lo que había hecho y de que no se trataba de simplemente aceptar una oferta laboral. Era algo nuevo para mí. Todo esto es algo nuevo para mí. Lo abrumador de las circunstancias me tiene atadas las palabras, por lo que me cuesta darle un sentido que quizás no tiene. Es algo que pasa. Es algo que hice y no hay páginas precedentes. Es nuevo. Es otra cosa.

¿Alguna vez han hecho algo y después dicen: “yo hice eso”? Es algo así. Es una sorpresa que me abruma, que me deja sin palabras, que acongoja mis cimientos. Si pudiera regresar el tiempo, y se me ofrece esta oportunidad, lo más probable es que hubiese puesto yo una piedra en el camino para decir: “no mijo, esa vaina es jodia y con las vainas como están, es peor… verga es que Chiabe se fue, reencarnó, y se volvió a ir no mas pa joder….”

Pero eso no ocurre ahora. Bueno, lo de Chiabe puedes ser. Me sorprende eso de mí que ni yo me esperaba.

¿Qué por qué lo tomé? Porque pese al temor, a la angustia que paraliza, al miedo y a todos los “peros” y cosas que uno se inventa para joderse la vida en cualquier circunstancia y bajo cualquier temática distinta, quise hacer algo distinto con mi vida o al menos probar a ello. No sé si lo que hago este bien, o este mal. Lo hice, lo hago y espero que pueda aprender mucho de esto.

A mi gente, mis familiares, amigos y otras personas que sin conocerlos bien han sido geniales conmigo y me han dado apoyo así sea con una palabra tipo “librodeautoayuda”, me resta decirles: gracias, sus palabras han sido como los faros de los puertos.

Estoy tan sorprendido de mí. ¿Alguna vez les ha pasado eso?


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