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Pulsión: un montaje. Por ahora, última entrega.

El sujeto entonces se satisface de la no satisfacción, inclusive y enteramente es así. Digamos que esto es algo bastante extraño, es decir, ¿Cómo es que hay una satisfacción de lo insatisfecho? Ahora mismo recuerdo una frase de Lacan cuando se refiere al “hombre siempre feliz”, es un poco disonante esto pero es cierto en términos pulsionales: hay una satisfacción que insiste en darse, sea en la insatisfacción misma y está localizada en el retorno del circuito.

No quisiera salirme del tema en cuanto a la pulsión, sin embargo es importante que tengamos esto en cuenta en tanto hay una complejidad de otro orden en el humano quien es sujeto de inscripción. Lacan nos explica además que la pulsión si en algo se parece es a un montaje, pero no a cualquier montaje:

Esta perspectiva es la que se instaura en las modernas teorías del instinto, en las que la presentificación de una imagen de montaje es completamente sorprendente. Un montaje, en este caso es, por ejemplo, esta forma específica que hará que la gallina en el corral se esconda en el suelo cuando hacemos pasar a algunos metros, por encima de ella un papel recortado en forma de halcón, es decir, algo que desencadena una reacción más o menos apropiada, cuya astucia consiste por otra parte en hacemos observar que no es forzosamente apropiada. No es de esta clase de montaje que hablo.

El montaje de la pulsión es un montaje que, en primer lugar, se presenta como si no tuviera ni pies ni cabeza -en el sentido en que se habla de montaje de un collage surrealista

Es una experiencia que desaloja el sentido. Ni pies ni cabeza. Se escucha por ejemplo en una plática clínica o en casos relatados de personas con toxicomanías o con adicciones lúdicas quejarse de que no saben por qué no pueden detenerse (ojo, no son todos los casos); es decir saben que están mal, saben que pueden estar en la ruina o con graves problemas de salud, pero no consiguen cómo salir de ello y tampoco se explican causas al respecto.

En paralelo uno conoce por experiencia en análisis o por experiencia con pacientes acerca del fenómeno de la repetición, que no es más que nuestro fantasma primordial, lo que colocamos como velo ante el mundo todo el tiempo, y de esto hay obviamente un sentido que es fallido, pero la pulsión, que como nos explica Lacan "se mueve" por debajo de estas significaciones y opera en tanto otra cosa.

Es decir que hay una localización que se satisface inclusive de las cosas que no disfrutamos: osease, del malestar hay que decir que de eso hay satisfacción. Es una idea algo subversiva, es decir, tener en cuenta que de la situación más miserable que una persona pueda quejarse, hay algo de eso que se satisface sobre sí, lo que explica el por qué mucha gente no logra salirse de eso, mas allá de hacer una casita para pasar las penas.

¿Qué es pulsión? Es complicado de dar una noción, pero sabemos entonces que es una plano distinto, que mantiene una inflexión del sentido y que además plantea que todos, de manera muy particular, nos satisfacemos de nuestras quejas. Por ello es algo que insiste…


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