top of page

Pulsión: Punto de inflexión. Entrega II.

Desde Freud sabemos que dentro de la vida cotidiana de los sujetos y, por supuesto dentro de la práctica analítica hay una implicación del cuerpo. Freud fue hábil al preguntarse por los fenómenos que tenían que ver con el cuerpo en relación al aparato psíquico y al malestar de los sujetos.


Desde su explicación en “Más allá del principio del placer”, Freud establece que la forma en cómo funciona un sujeto es parecido a un sistema que se regula a sí mismo de los efectos externos, pero muy especialmente de la actividad interna, siendo más específico de la actividad inconsciente. Todos los seres vivos, desde el homo sapiens pasando por los distintos mamíferos y las especies menos complejas, tienen una estructura orgánica más o menos parecida; los animales, incluyendo al hombre tienen estímulos esenciales para preservar su existencia: comer, dormir, respirar, reproducirse.


Sin embargo, esa complejidad cultural del hombre en alcanzar umbrales más altos de desarrollo, no como “criatura” sino como sujeto hablado del lenguaje, como sujeto que se dice a si mismo: “yo soy exitoso porque (coloque aquí su “porque” de preferencia) ha introducido una serie de elementos a su vida que lo deja fuera de la problemática natural de los animales.


¿Con qué objetivo un animal procede al acto sexual, por ejemplo? Con la única finalidad de reproducción; lo que hay de evidencia es que los animales tienen ciclos de apareamiento, y dichos ciclos se llevan a cabo en cierta época del año: hay un periodo de apareamiento, machos buscan a hembras (o viceversa), se reproducen, algunos forman clanes o grupos, otros no, y listo.


Es solo cuestión de instinto. Freud hace diferencia entre el instinto y la “necesidad de…”, Freud separa lo relacionado al instinto y lo diferencia de un “estímulo pulsional” refiriéndose a él en las veces de un estímulo interno:


Por ejemplo, si una fuerte luz hiere el ojo, no es ese un estímulo pulsional; sí lo es el sentir sequedad en la mucosa de la garganta o acidez en la mucosa estomacal


Aquí empieza a marcar una diferencia entre un estímulo propio del organismo y un estímulo que es de otro orden pese a ser también parte de las sensaciones de un cuerpo, que es lo que me llama la atención. Un animal come por instinto, no porque sepa que si no come se muere de hambre o si no come se pone flaco y hay que estar a la moda, es porque tiene un estímulo que lo lleva a comer algo en específico sin mediaciones y una vez que lo toma, dicho animal se calma. El humano no solo come por hambre. Lo animal en el hombre en gran medida nos habla en otro orden. Esta escrito y posicionado para hacerse dicho de otra manera.


Luego Freud en el texto describe a la pulsión como una fuerza constante, frase central de todo su texto, ¿Por qué una fuerza constante? Había mencionado antes una diferenciación entre un estímulo, que puede ser externo e interno, y a este último Freud decidió colocar la palabra necesidad y que operaba en aras de conseguir el fenómeno de la satisfacción.


La pulsión, en cambio, no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre como una fuerza constante. Puesto que no ataca desde afuera, sino desde el interior del cuerpo, una huida de nada puede valer contra ella. Será mejor que llamemos «necesidad» al estímulo pulsional; lo que cancela esta necesidad es la «satisfacción».


Los estímulos externos, como las sensaciones térmicas o un rayo de luz directo a los ojos, son manejados y reducidos al mínimo por nuestro organismo, en un intento por preservarlo lo más exento posible de toda perturbación externa; los sujetos se han encargado de aplacar todo estimulo externo que le parezca “molesto” para su cotidianidad, es decir: hemos construido vehículos que nos transportan largas distancias, creado lo que conocemos como tecnología y todo aparato que hace las veces de extensión del cuerpo, realizando un sinfín de actividades al alcance de un botón que en otras épocas nos llevaría mucho tiempo y trabajo realizar. Muy a pesar de que esto ha “tapado” unos problemas, pero ha creado otros.


Un cuerpo nuestro que presenta problemas que están amarrados a significantes, a nombres. ¿Por qué alguien escogería en su vida colocar un dolor de estomago cuando se presenta a dar una charla ante una multitud? Nuestro cuerpo habla…en silencio.


¿Te ha gustado? ¡Compártelo!
Textos Recientes
Archivo
bottom of page