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Franz Kafka: un vistazo a lo "Humanimal" de su historia.

"Tendré que acostumbrarme a sus continuos fracasos".

Esta es una frase que Kafka señala en relación a los problemas de salud que padecía su cuerpo, y los que hicieron que a los 40 años muriera de varios problemas de salud, entre ellos una afección pulmonar.

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Kafka alegaba mucho de su malestar a la escritura, actividad que representaba al menos una sombra de un todo del que dependía, al parecer. Felice (su prometida mas ilustre), en una de las anotaciones de las anécdotas de Kafka luego de su muerte, decía lo siguiente:

"Su vida consistió siempre en un intento por escribir, a su parecer un intento fallido".

Kafka estaba atrapado en su insistencia por escribir y Felice (o las mujeres) era una de esas pocas cosas en su vida que lo separaba de escribir, aunque siempre había un retorno a ello, cosa que hizo que la relación entre ambos fuera muy complicada al punto de terminar; Felice le demandaba a Kafka "una vida cotidiana" de la época, con matrimonio, hijos y una serenidad de hogar. A pesar de que Kafka le propuso matrimonio, la separación que esto le producía a su actividad era muy abrumadora para él. Era un hombre de complicaciones.

Sabía que su cuerpo le introducía problemas para con su deseo si lo puedo llamar así, de querer escribir; por ejemplo él alegaba muchos dolores de cabeza, algunos episodios de tristeza o desaliento por no conseguir cómo continuar sus obras, a veces pasaba unos cuantos meses para poder escribir página y media.

"El proceso", una extensa novela quedó según sus palabras sin terminar y junto al epilogo de la obra, uno puede encontrar anotaciones personales de Kafka cronológicamente ordenadas desde principio a fin, quejándose de su "ineptitud" como escritor para dar por terminada esta u otras obras. Se sabía entonces que había un problema con el cuerpo, y que de esos problemas al menos habría que "acostumbrarse". Se encara el cuerpo como algo que había que ocuparse o este te entorpecía algo de tu deseo. Es parte de la limitante que le produce al ser humano el cuerpo y Kafka lo sabía.

La utilización de lo animal, de un sujeto "humanimal" en sus textos, en sus personajes es una entrada del cuerpo en las vicisitudes humanas: los personajes de Kafka eran complejos, con grandes problemas o circunstancias en relación a fenómenos sociales y culturales de aquella época (y de la nuestra), y la manera en que Kafka encontró para introducir el cuerpo fue a través de lo animal, muy posiblemente en las veces de crear una semejanza si se quiere "relevante o llamativa" con lo "orgánico" de un dolor de cabeza, una migraña, una "falta de lágrimas" o de unos problemas gástricos.

Esto es genial. Pero en algo debo hacer un punto de diferencia con Kafka, introduciendo aquí uno de los temas que he podido leer en mi formación en psicoanálisis: pulsión. Si algo se ha aprendido de la pulsión, tomando este término como variable de estudio (se pueden tomar muchos otros) es que es lo que más nos diferencia de los animales, no lo que más nos acerca. Cosa curiosa, pero espero haber aprendido algo de las palabras de Freud y Lacan.

La pulsión es la muestra del poco dominio del hombre sobre sí mismo, de su debilidad. Es decir, uno cuando tiene sueño no puede decir: "cerebro duérmete" sino, ¿En dónde quedaría el problema del insomnio y otras afecciones? Los osos que duermen en invierno para preservar su vida, saben bien cómo manejar las pulsaciones de su corazón y su respiración para dormir durante meses y solo comer o defecar cuando se es necesario; es decir, esto es control sobre si, algo que el sujeto que es hablado por el lenguaje no tiene y añora por medio de la ciencia y otras cosas, tener.

Al contrario de esto, el sujeto vive una satisfacción de la misma insatisfacción todo el tiempo y Kafka a modo de “subhistoria” en sus textos nos muestra la problemática humana amarrada al cuerpo; en "Metamorfosis" se ve: un sujeto que tiene graves problemas con su vida y que además tiene que vérselas con un cuerpo que le presenta muchos más problemas para hacer lo que quiere. Es la debilidad del sujeto ante su palabra: es un cuerpo que reclama lo que la palabra deja velado.

Quisiera tomar una frase de Kafka para darle cierre a lo que ha sido un aprendizaje por uno de los tantos temas en relación a, la pulsión por un lado en cuanto a elemento del cuerpo, y a Kafka como escritor tomado para estas palabras:

"Sé muy bien que todo es cuestión de mantener la cabeza en alto y no hundirse mientras se pueda. Seguramente escribo esto desesperado por mi cuerpo y sobre mi futuro con ese cuerpo".

Su literatura y el trabajo de re-lectura sobre pulsiones y otras cosas, han dejado abierto una serie de hechos importantes. De Kafka se puede aún aprender mucho: hay una invitación abierta para lo que él expone sobre la mirada, el Otro, preguntas topológicas sobre su estructura y entradas fundamentales sobre su deseo y las marcas de goce en su vida y obra. Ciertamente no hay tiempo ni posibilidad de tocar todos esos temas; este es solo un comentario.


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