“Metamorfosis”, de lo peculiar de un personaje
Una de las primeras cosas que leí sobre Kafka, fue algo en relación a su historia de vida; en ese texto (una biografía) se hablaba de distintos trabajos suyos que se habían hecho famosos y eran una referencia inmediata para todos aquellos que gustaban de literatura, y el más sonado de todos era “Metamorfosis”, un texto no tan breve ni tan extenso en donde se narra una historia sobre un personaje con mucho que decir.
Había leído con anterioridad sobre la biografía de Kafka, y había encontrado una historia sumamente interesante desde distintos puntos de vista de un sujeto; desde la relación característica y difícil con el padre, pasando por su relación tan particular con la escritura, hasta sus críticas y comentarios hacia una problemática sociedad alemana que pasaba por la erupción de la primera guerra mundial y la persecución contra los judíos y cualquier raza que se consideraba inferior, Kafka desarrolló un estilo como escritor muy característico, le valió seguidores “discretos” en su época, aunque fue poco después de su temprana muerte cuando su popularidad y fama se extendía en el mundo literario del siglo XX.
Pero es precisamente sobre eso, sobre lo que Kafka aporta a través de lo que él ve de elementos de la cultura que es tan pertinente volver a leerlo.
Hablamos de un personaje que dice transformarse en un escarabajo, dejando claro que ante nosotros hay una obra de ficción; sin embargo, noto con mucha particularidad la naturaleza tan “literal” de la descripción del personaje y que además, es una transformación a ojos de otras personas, o dicho de otra forma, es una transformación que sucede ante las miradas de los otros con quienes vive; es un personaje que se mira horrorizado en lo que se ha convertido un buen día como cualquier otro y el “escándalo” cuando los otros “se dan cuenta”
El caparazón duro y encorvado, las patas pequeñas y punzantes, la viscosidad de la misma superficie del cuerpo, el mundo visto de cabeza desde la altura del techo, los ojos negros sin aparente alma, el sitio debajo de una mesita de noche lleno de polvo y oscuridad, su boca llena de colmillos que le hacían difícil el comer la comida humana (disculpen ustedes los “spoilers”); los detalles entorno a la convivencia familiar, era más allá de la metáfora como tal: un personaje que en verdad encarnaba a un insecto gigantesco, con todas sus características. Es colocar el cuerpo de un sujeto que está marcado por significantes (culpa, temor) dentro del cuerpo de un animal. Una dispareja disonancia entre el sentido y el cuerpo.
Sabemos desde Freud, pero pasando por la lectura que hace Lacan sobre Freud, que la implicación del cuerpo, en relación a la marca del lenguaje, le crea muchos problemas a los sujetos en cuanto al quehacer con su cuerpo en relación al elemento de goce, y de saberse como cuerpo propio. Kafka narra a un personaje, al estilo de una pintura, o en otras palabras, digamos que lo que lo lleva a escribir sobre la obra, “lo pinta” sobre el cuerpo del personaje. Y como pintura, Gregor era una “atracción extraña” para su familia. Algo llama la atención en relación al cuerpo y que en algo eso tiene que ver, en semejanza o diferencia con lo animal.
Es un hecho interesante su transformación y la manera cómo se describe; y es más interesante saber que este propio hecho es parte de la vida misma del autor en relación al trato con su padre, es decir, ver cómo el autor describe literalmente, o sea, no a nivel de lo metafórico del propio personaje, es una cosa a nivel del cuerpo, una transformación del cuerpo del propio personaje, como si de tomarse el juicio “eres como un escarabajo”, o voy más allá, “eres un escarabajo”, fuese el argumento de la trama.
Al menos en “Metamorfosis”, la obra nos cuenta el enredo que se le presenta a un sujeto, a partir del cuerpo, en relación a su vida cotidiana, a cómo es visto por los otros, pero sobre todo, ante una aparente “extrañeza” que lo aleja de los demás y que se procura todos los caminos para insistir sobre ello. ¿Es de la literatura, de su propia creación, donde se aloja una suerte de “extrañeza” en Kafka que insiste y lo aleja de los otros?
